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¡Qué agradable es pasar un buen rato al sol! El calorcito, disfrutar de algo refrescante mientras te relajas… Sin duda, el momento perfecto del día. Pero sin olvidar la protección, claro. Y es que, si hay un imprescindible que nunca debería faltar en tu rutina facial, ni siquiera en invierno, ese es el protector solar.
Líneas de expresión marcadas, manchitas, piel deshidratada… ¿Te suenan de algo? En muchos de los casos la exposición de la piel a la radiación solar sin protección alguna es responsable de su aparición, por eso resulta imprescindible que, si no utilizas a diario protección solar, empieces a incluirla en tu cuidado facial.
Además, utilizar diariamente protección solar desde la infancia no sólo previene el fotoenvejecimiento, sino que también ayuda a evitar problemas de salud mucho más serios en el futuro.
¿Existe el FPS perfecto?
Podríamos decirte que sí… Pero no. A la hora de buscar un protector solar para incorporar a tu rutina facial lo primero que tienes que tener en cuenta, al igual que ocurre con cualquier otro producto, es tu tipo de piel. De la misma manera que no elegirías un limpiador con ingredientes astringentes si tienes la piel seca, tampoco deberías apostar por fórmulas de protección solar con ellos. Así que presta atención porque te vamos a decir qué necesita cada tipo de piel para que esté protegida de la radiación solar este año.
- Piel grasa: Lo mejor es optar por un protector solar de textura fluida, tipo emulsión, gel o minerales. Apuesta en tu cuidado facial por aquellos que sean oil free y con moléculas sebo reguladoras y sebo absorbentes. Des eta forma, evitarás la acumulación de producto en el poro y los posibles granitos posteriores, con efecto matificante.
- Piel normal: Este tipo de piel puede utilizar prácticamente cualquier protector solar, así que es mejor optar por los de amplio espectro. Estos fotoprotectores unifican la textura y el tono, y dejan la piel hidratada, perfecta para continuar con tu rutina facial.
- Piel mixta: Igual que a la hora de buscar una crema hidratante, la piel mixta necesita de fórmulas ligeras y refrescantes, que ayuden a mantener la piel hidratada y eviten la acumulación de grasa. El ácido hialurónico, el sílice o la monolaurina son algunos de los ingredientes que debes buscar.
- Piel seca: La hidratación lo es todo, incluso para protegerse del sol. Apuesta por fórmulas en formato crema o leche, ya que ayudan a retener mucho más la hidratación, sobre todo si en su fórmula cuentan con aceites, ceramidas o ácido hialurónico.
- Piel acneica: Los protectores solares con ingredientes no comedogénicos con los mejores para este tipo de piel. Las fórmulas con textura en gel resultan más fáciles de absorber y sin aceites se absorben de forma rápida y previenen que la marca de los granitos se quede en la piel.
- Piel sensible: Si tienes la piel sensible deberías optar por protectores solares físicos, más espesos y blancuzcos, que crean una barrera protectora sobre la piel para repeler los rayos solares. Fíjate bien en que tenga ingredientes como óxido de zinc, talco o mica.
- Piel infantil: Los peques merecen una mención especial en este apartado, ya que su piel es la más sensible de todas. En su caso los menores de 3 años deberían optar por protectores solares físicos, que actúen como barrera, mientras que para los mayores de 3 años lo más recomendable son los químicos resistentes al agua, para que puedan disfrutar jugando en la playa o la piscina.
El tipo de piel no lo es todo
Si bien es necesario que tengas en cuenta tu tipo de piel para elegir el protector solar adecuado para tu rutina facial también debes tener en cuenta otro factor determinante, tu tono de piel o fototipo. Aquí es donde entra en juego ese letrerito que se ve en todos los botes, FPS, que indica el factor de protección.
- Pieles blancas y claras: Son las que menos tiempo pueden permanecer expuestas al sol sin protección. Suelen quemarse con facilidad y tardan mucho en ponerse morenas. Los FPS indicados para estas pieles son 30, 50 y 50+.
- Pieles bronceadas: Su tono sin broncear es ligeramente oscuro u oliva y se broncean con facilidad sin llegar a quemarse. El FPS que les corresponde oscila entre el 15 y el 30.
- Pieles oscuras: Son las que presentan más dificultades para quemarse, pero eso no quiere decir que no necesiten protección solar. El FPS más adecuado para ellas está entre el 6 y el 15.
Añade un extra al cuidado facial cuando tomas el sol
Pero no solo debes cuidar tu piel mientras tomas el sol, sino que también debes cuidarla al volver de la playa o piscina. Una hidratación profunda, además, te ayudará a mantener el bronceado y a evitar que sufra sequedades o irritaciones… ¡Y tu cara no es menos! Con el dispositivo facial UFO 2, podrás hidratar tu rostro, cuello y escote de una manera intensa en tan solo 2 minutos para seguir disfrutando del sol con una piel radiante, ¿ qué más se puede pedir?
Y es que proteger tu piel de los rayos del sol es algo muy serio como para tomárselo a la ligera. Cuida tu piel cada día incluyendo en tu rutina facial el protector solar que necesitas.