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¡SOS! Con la llegada del frío, la piel sufre y aumenta su sensibilidad: ¡Se vuelve más sensible que en verano! La deshidratación, la aparición de arañas vasculares, las rojeces, la descamación o la xerosis son algunas de las afecciones más comunes durante estos meses en los que tu piel necesita un extra de hidratación, cuidados y protección. Pero ¿sabes cómo prepararla para el invierno y cómo cuidarla durante el frío para que esté sana, joven y luminosa! Hoy… ¡vas a descubrirlo!
Llega el frío… Cómo afecta a la piel
Los expertos advierten: con el frío, la piel aumenta su sensibilidad con respecto a la temporada estival. La causa no radica únicamente en los fenómenos climatológicos propios de esta época como el propio frío, el viento, la lluvia o la nieve. A ellos, hay que sumarles que la humedad relativa del aire suele descender y el ambiente es más seco. Y, además, son meses en los que hemos de hacer frente a numerosos cambios bruscos de temperatura.
Cuando las temperaturas descienden, la piel se contrae y se ralentiza la circulación sanguínea y la renovación de células cutáneas, con lo que se vuelve más vulnerable y puede sufrir:
- Deshidratación que origina descamación, a corto plazo; y pérdida de elasticidad y envejecimiento prematuro a largo plazo.
- Xerosis cutánea, conocida como piel seca, que se produce por una escasa secreción de grasa en las glándulas sebáceas y suele ir acompañada de la sensación de tirantez.
- Descamación y picazón, así como otros problemas de irritación de la piel.
- Rojeces, sobre todo en personas con la piel sensible, clara y fina.
- Sensibilidad, aumentando la irritación y los picores, sobre todo en pieles sensibles.
- Capilares dilatados, como telangiectasias o arañas vasculares (sobre todo, en las mejillas) originados por los cambios bruscos de temperatura.
- Perniosis (sabañones), que suelen originarse por una inflamación en los vasos sanguíneos cuando una zona que se ha expuesto al frío se expone a una fuente intensa de calor, sobre todo en las manos y los pies, las orejas y la nariz.
Cómo cuidar la piel cuando bajan las temperaturas
Limpieza, hidratación y protección son tres claves fundamentales en tu rutina facial y corporal, que te permitirán hidratar la piel para el frío y mantenerla joven, luminosa y sana durante el invierno. Pero no las únicas… ¿Quieres descubrir cómo cuidar tu piel durante el frío? Te lo contamos todo.
Cada día: limpia, hidrata y protege
También en invierno, para evitar que el frío afecte a tu piel, debes cuidarla con una rutina facial que la mantenga sana y resplandeciente, en tres pasos:
- Limpieza: La higiene es fundamental para evitar infecciones y mantener a raya la deshidratación. Cada día realiza una limpieza por la mañana y otra por la noche, con productos con base en aceite, que no resequen. Puedes hacerla de forma profesional en casa con el dispositivo LUNA.
- Hidratación: Elige una crema hidratante a base de lanolina o urea y aplícala después de cada ducha y antes de acostarte. Por la noche, puedes optar por cremas con ingredientes que te nutran, restauren y reparen la piel, como el ácido hialurónico. Añade un extra de hidratación cada día con el dispositivo UFO 2 con termoterapia, tecnología LED, crioterapia y pulsaciones T-Sonic. Solo has de elegir la mascarilla que más se adapta a tus necesidades para devolver toda la salud a tu rostro en 2 minutos.
- Protección: No solo nos referimos a la fotoprotección, sobre todo en zonas de nieve. También, a proteger tu piel del frío y los cambios bruscos de temperatura. Para ello, hidrata los labios antes de salir de casa, utiliza prendas de abrigo y resguarda (con una bufanda o pañuelo) las zonas más sensibles como las mejillas, el cuello y el escote. ¡Y no te olvides de los guantes para las manos!
La lista de los “No debes…”
A la hora de cuidar la piel durante el frío es tan importante lo que haces como lo que no. En estos meses en los que el mercurio se desploma, no debes:
- Lavar las manos de forma excesiva. Las dermatitis en el dorso de las manos son un motivo frecuente de consulta durante el invierno. ¿Y si optas por comenzar a utilizar guantes, por ejemplo, para reducir los lavados?
- Ducharte con agua muy caliente. ¡O muy fría! Procura hacerlo con agua templada, durante unos 15 minutos. Después, realiza un secado de forma suave.
- Usar productos agresivos en tu higiene diaria. Elige geles y jabones suaves y testados dermatológicamente y evita los que contienen alcohol, conservantes o perfumes, sobre todo si tienes la piel sensible.
- Salir sin guantes los días más fríos, sobre todo si sueles padecer de sabañones.
- Exponerte a fuentes de calor directo, como estufas, radiadores para evitar la aparición de alteraciones vasculares.
- Olvidarte de proteger tu cara del viento, con bufandas o pañuelos, para evitar que se reseque.
Alimentación e hidratación para una piel de 10
Somos lo que comemos. Y bebemos. El cuerpo humano está compuesto por un 60-70% de agua, por lo que dale todo el agua que necesita: entre un litro y medio y dos litros diarios. Si no tienes mucha sed, recurre a sopas, caldos, infusiones…
La alimentación ha de ser sana, equilibrada y generosa con tu piel. ¿Sabes qué ingredientes son tus mejores aliados? Apunta:
- Vitamina C para mejorar la formación de colágeno: naranja, mandarina, kiwi, fresa, papaya y mango.
- Omega 3 para que la piel esté hidratada más tiempo: aceites vegetales (de soja, de maíz…), pescado azul (sardinas, atún, boquerones y salmón), aceite de oliva, frutos secos (nueces, sobre todo), marisco (ostras, langostinos, centollos…), aguacate, verduras de hoja verde (lechuga, espinacas…)
- Vitamina A para retrasar los signos de la edad: zanahorias, calabaza, espinacas, brócoli…
- Chocolate puro para suavizar e hidratar: elige uno con al menos un 70% de cacao.
- Vitamina E para mantener la piel joven: aguacate y nueces.
¿Lista para plantarle cara al termómetro con tu mejor versión? Ahora que ya sabes cómo cuidar la piel durante el frío para protegerla y mimarla, incorpora todos los consejos en tu rutina diaria y… ¡feliz inverno!